GÉNESIS DE UN PROYECTO QUE SE HARÍA REALIDAD
DESDE ASTURIAS, JOSÉ MANUEL PÉREZ

05

Desde Asturias,
José Manuel Pérez

Todos los que fueron protagonistas en la edificación del Gran Canaria tienen en José Manuel Pérez a un actor ineludible en el proceso, tanto por la labor desarrollada como por el compromiso que marcó sus actuaciones. Nacido en Alicante en 1962 (“pero de crianza y sentimiento asturianos”, como matiza), se consagró como ingeniero industrial al ser jefe de obra en el Nuevo Estadio Carlos Tartiere de Oviedo entre 1998 y 2000, un recinto para 30.000 espectadores y de nueva construcción. De ahí fue captado para que desarrollara idéntico cometido en el Gran Canaria: “Llegué como jefe de obra en agosto de 2000 y me quedé hasta el final, hasta mayo de 2003, aunque durante la obra pasé a ser el gerente de la UTE DRAGADOS VVO, que era la constructora del Estadio”.

“Cuando vine, la obra estaba en punto muerto con cimentaciones y poco más, después de 2 años de plazo transcurrido y con muchos problemas de cambios en el proyecto y falta de un equipo adecuado a la dimensión del trabajo. Pero, después de miles de horas de trabajo intensivo, solo recordamos los momentos buenos, los hitos de colocar el césped, la pista de atletismo, el izado de la cubierta, la colocación de los 30.000 asientos, los palcos, las cientos y cientos de cabinas de aseo, la prueba de la megafonía, la terminación de los vestuarios y las salas de prensa...”, dice a modo de balance.

Y, al margen del legado logístico, José Manuel Pérez también destaca el bagaje humano que le dejaron estos años en Siete Palmas: “Conocimos a grandes profesionales y grandes personas con las cuales seguí colaborando después y muchos de ellos siguen siendo grandes amigos y seguimos haciendo obras juntos. Para mí fue una obra de la que estoy especialmente orgulloso en la cual aprendimos muchísimo y donde gestionamos recursos humanos y materiales a otro nivel por el tamaño de la inversión. Después del éxito de esa obra, me nombraron delegado en la provincia de Las Palmas de Dragados. Así que supuso un salto profesional importante y sin vuelta atrás. Vine a Gran Canaria para hacer esa obra, me quedé para siempre y mis hijos nacieron aquí”.

“Fue una obra muy grande y muy compleja con fases de hasta 600 trabajadores y un equipo técnico, en la oficina y a pie de obra, de unas 15 personas continuamente. Hubo muchos problemas por el continuo aumento del presupuesto, ya que el alcance del proyecto también se actualizaba y se le incorporaban nuevas actuaciones como la urbanización de todo el entorno o los edificios de oficinas... Los proyectos se fueron actualizando y, en el último año de obra, se hizo la mitad de la inversión total con unas producciones punta más de 1.000.000 de euros a la semana al final de la obra”, destaca.

José Manuel Pérez abunda en la rentabilidad económica y social que supuso el estadio con la perspectiva de los años: “La obra, que fue muy cara en su día (84 millones de euros), costaría hoy más del doble. Veinte años después, está en perfecto estado por los materiales y las calidades utilizadas en la construcción. La infraestructura era necesaria para una ciudad del tamaño de Las Palmas de Gran Canaria y un club como la UD”.