PRÓLOGO

Miguel Ángel Ramírez
MIGUEL ÁNGEL RAMÍREZ
Presidente de la UD Las Palmas

Cumplimos veinte años de vivencias en el Gran Canaria, nuestra casa desde 2003, y lo hacemos en un momento de especial fortalecimiento de la UD Las Palmas en todas sus dimensiones y con una estabilidad a la altura de los nuevos tiempos, la exigencia del escudo que representamos y la grandeza de nuestra afición. Una mirada atrás revela que el desarrollo que hemos experimentado ha ido a la par que la evolución que ha vivido el estadio, con las sucesivas mejoras y equipamientos que ha ido añadiendo con el paso del tiempo. Hemos sido testigos en primera línea y partícipes directos del proceso evolutivo continuo de una instalación en imparable adaptación, lo que nos ha facilitado, cada vez más, nuestra estancia y disfrute. De ahí nuestro sincero agradecimiento y reconocimiento a los distintos presidentes del Cabildo y consejeros de Deportes por la sensibilidad y receptividad mostradas con las necesidades y sugerencias argumentadas por el club en las sucesivas etapas y siempre con ánimo de servicio a espectadores y usuarios.

Hemos tenido la suerte de disfrutar de grandes momentos en el estadio, con dos ascensos (2006 a Segunda y 2015 a Primera) como hitos culminantes, más los éxitos que han de venir, además de ver florecer a numerosos canteranos que, en casos estelares, llegaron a vestir la camiseta de la selección española, casos de Vitolo, Viera o Pedri, elevando a la excelencia el sello de la escuela propia. Tenemos siempre presente la magnífica historia que tuvo lugar en nuestra larga y fecunda etapa en el inolvidable Insular (1949-2003) y cada día ponemos el máximo empeño en escribir más capítulos para recordar en un estadio que ya es símbolo de la isla y forma parte del club con letras mayúsculas. Y estamos convencidos de que las generaciones actuales y venideras seguirán engrandeciendo nuestro caminar en el Gran Canaria generando sentimiento de pertenencia y orgullo por las raíces que nos han procurado un lugar respetable y valorado en el fútbol nacional.

No es menos cierto que este estadio tiene un potencial aún no explorado. Miles de metros cuadrados con muchas posibilidades y una necesidad compartida por todos de actualizar la instalación a los usos de nuestra época. Un estadio ha dejado de ser un recinto al que solo se acude cada quince días para ver un partido. En 2023 el público pide vivir una experiencia que supere la mera contemplación de un evento deportivo y la rentabilidad social de las instalaciones públicas se mide por los días que se utilizan al año. Con esa mentalidad hay que acometer las necesarias reformas que culminen una instalación aún inacabada y concebirlo como una oportunidad para ofrecer al asistente un estadio de primer nivel, uno de los reclamos de Gran Canaria.