PRÓLOGO
El Cabildo de Gran Canaria es el principal dinamizador del deporte en nuestra isla.
Tanto a través del apoyo económico a los clubes y al deporte base como de la inversión para dotar a los municipios
de infraestructuras deportivas, se ha conseguido que los y las deportistas de Gran Canaria puedan desarrollar su talento
y cada año se sucedan éxitos en las más diversas disciplinas individuales y en equipo.
Una de las mayores muestras
de esta política insular de fomento de la actividad deportiva es el Estadio de Gran Canaria, que cumple 20 años como uno de
los recintos deportivos más icónicos de la isla, y que de hecho, es el de mayor capacidad de todo el archipiélago.
El Estadio
de Gran Canaria es también un importante dinamizador cultural. Algunos de los mejores artistas nacionales e internacionales
de la actualidad como Joaquín Sabina, Serrat, Shakira, Sting, Andrés Calamaro o Bruce Springsteen han congregado a cientos de miles de
espectadores, y lo siguen haciendo cada verano.
Pero no podemos olvidar la principal actividad que se desarrolla, que no es otra
que la de ser estadio en el que juega de local la Unión Deportiva Las Palmas. El recinto de Siete Palmas estará eternamente asociado a
los dos ascensos del equipo amarillo, el primero de 2ª División B a 2ª A, y por supuesto el sexto y hasta el momento último ascenso a
primera división, aquel 21 de junio de 2015.
Cuando escribo estas líneas la Unión Deportiva es líder de segunda división y campeón
de invierno, y no podemos evitar soñar con un séptimo ascenso, que sería el segundo en el Estadio de Gran Canaria. No se me ocurre mejor
manera de celebrar el 20 aniversario de la inauguración de este recinto.
El Estadio de Gran Canaria cumple dos décadas con un reto
por delante, que inscribiría su nombre en una selecta lista de estadios a nivel mundial: la de ser una de las sedes del Mundial de Fútbol
de 2030, si la candidatura conjunta de España y Portugal es finalmente seleccionada. Albergar la cita cumbre del fútbol internacional,
sería sin duda un enorme logro que ilusiona a toda Gran Canaria.
Sería también una oportunidad para acometer una tarea pendiente:
la de terminar la reforma que se inició en 2014 y culminar la Torre Este, uno de los edificios anexos y la aproximación de la grada Naciente.
Ojalá podamos celebrar otros 20 años de éxitos deportivos, de grandes citas culturales y que el Estadio de Gran Canaria siga siendo
el lugar en el que se escriban algunas de las páginas más alegres de nuestra historia colectiva reciente.